¿Qué será lo siguiente?

 Desde hace algunos años, en materia de belleza se escucha que se encuentran propiedades cosméticas y regeneradoras en productos que se han considerado tóxicos o perjudiciales. Desde el uso de la toxina del botulismo, conocida en los círculos como botox, hasta la más reciente comercialización de las cremas formuladas con veneno de serpiente pasando por el gel de baba de caracol, parece que todo se puede utilizar en pro de conseguir una piel más tersa y suave. Sin embargo esto no es nada nuevo.

 Ya en el antiguo Egipto se hacían cataplasmas a base de sangre de animales y excrementos que se mezclaban con barro y plantas para utilizarlas casino online como productos de belleza como pueden ser maquillajes o bases para protegerse de los efectos del sol. Incluso algunas de ellas se usaban para aplicarlas en heridas, por lo que nos podemos imaginar los efectos que estas tendrían en quienes las utilizaran.

 Con esto no quiero decir que los cosméticos que se comercializan actualmente puedan producir efectos adversos como esos, ya que existe una normativa muy estricta acerca de los componentes que se pueden y no se pueden usar en las fórmulas de estas cremas y demás productos. Sin embargo, en busca de innovar e ir un paso más allá que la competencia, en ocasiones se lanzan al mercado todo tipo de productos con supuestas propiedades que en realidad no son mas que una forma de gastar dinero sin encontrar en ello resultados fiables, y algunas veces tras análisis independientes algunos de ellos se retiran del mercado al haber encontrado compuestos que pueden resultar perjudiciales para la salud.

 ¿Qué será lo siguiente en el mundo de la belleza? No lo sabemos, aunque ahora parece que se han encontrado determinadas características antiedad en el veneno que produce cierto escorpión…

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