Estética IKAI Belleza, Estética y Nutrición
Uno de los métodos de belleza más radicales que se pueden encontrar es la cirugía estética, cuyo máximo exponente y quizás lo más conocido son las prótesis mamarias que permiten aumentar el volumen del busto femenino.
Existen dos clases de prótesis, que se clasifican según en tipo de relleno que hay en su interior, los más conocidos de silicona y los implantes salinos.
La historia de las intervenciones estéticas de aumento de pecho datan de finales del siglo XIX, y se comenzó injertando tejido adiposo obtenido de la espalda de la paciente. Se probaron algunos métodos muy peligrosos, como los de realizar inyecciones de parafina, pelotas de vidrio, cartílago animal, lana o incluso caucho. No fue sino hasta los años sesenta del siglo XX que no se comenzó a implementar un método fiable consistente en rellenar unas bolsas de silicona con aceite de uso médico, dando paso a los métodos de fabricación de implantes que conocemos en la actualidad y que consisten mas o menos en lo mismo: una bolsa de material sintético rellena de otro material con características líquidas.
No obstante, los implantes de silicona no se utilizan únicamente con fines estéticos, y suponen a día de hoy una de las piezas fundamentales de la cirugía reconstructiva en el caso de extirpaciones de mama cuando existen casos de cáncer grave que obliga a la intervención. Esto puede ser traumático a nivel psicológico, y una reconstrucción con prótesis puede ayudar mucho a que los pacientes se recuperen con mayor facilidad. Cabe destacar que este método e usa tanto en mujeres como en hombres, de los cuáles se están comenzando a localizar casos de cáncer de mama también.
Cabe destacar que en el caso de que se note dolor o que la prótesis parece tener un tacto muy duro es necesario acudir al profesional porque se podría estar produciendo algún problema.
