Competiciones de belleza

 Todo el mundo es consciente de que existen competiciones de belleza, bien sea a nivel mundial, nacional o incluso local. Pues incluso en pequeños pueblos se ha decidido tradicionalmente por decisión popular quiénes eran las jóvenes más guapas, las cuales serían “reinas” del pueblo, simplemente porque se les consideraban más guapas y tendrían diferentes derechos y deberes al resto de jóvenes de su edad.

 Podemos encontrar concursos de belleza, desde los más sencillos, como los que se organizan con el único motivo de divertirse (como sería los que se realiza de manera más local con motivos festivos),  hasta auténticas competiciones que se organizan con una gran ambición, bajo el patrocinio de grandes empresas dedicadas a la venta de cosméticos y otro tipo de artículos relacionados con el sentirse guapas y guapos. Sí, guapos, porque también se organizan concursos de belleza dedicados al género masculino. Por lo que partimos, que este tipo de competiciones van a durar varios años, siempre que existan empresas y entidades interesadas en desembolsar una cantidad considerable.

 No obstante, es en el género femenino en el que se han centrado sobre todo este tipo de concursos, e incluso se organizan certámenes en los que las niñas desde su más tierna infancia son presentadas y expuestas como pequeñas muñecas, las cuales bajo la atenta mirada de jueces y expertos analizan si se trata de pequeñas bellezas dignas de alzarse con la corona de reina del concurso, se trata de concursos de belleza infantiles. Aunque haciendo un inciso, estas niñas que participan lo hacen bajo la consideración de sus padres, ¿quién  o quiénes en este caso son culpables?

 No obstante, como ocurre con la mayoría de todas las cosas, hay voces que reclaman que no se trate a la gente como simples objetos, por lo que reclaman que se eliminen de inmediato todas estas competiciones y que nunca más se vuelvan a celebrar.

 Estos grupos de presión llevan casi tantos años reclamando esto como años llevan celebrando los concursos, por lo que no parece factible que algún día se acaben estas competiciones. Al fin y al cabo, la mayoría de quienes se presentan a estos concursos, sobre todo en el caso de los adultos, lo hacen de manera voluntaria  por lo que resulta un tanto absurdo pedir que alguien deje de hacer algo que en realidad hace porque quiere, simplemente acusando a la organización de tratar a quienes acuden al concurso como objetos. En realidad no se puede acusar a nadie de hacer algo a lo que se ofrece la gente de manera voluntaria, por lo que incluso quienes después de participar protestan no tendrían ningún derecho a hacerlo, pero el fin de estos concursos como en todos, es ganar, y conlleva ganar una cantidad económica dando a su vez un salto a la fama.

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