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La nariz además de su función específica olfatoria, no es sólo el canal por el que entra y sale el aire de los pulmones, sino que además filtra las partículas de polvo y agrega resonancia a la voz. Cualquier anomalía en su estructura, como la desviación del tabique, pólipos, infecciones, o inflamaciones, obstaculiza el paso del aire, provocando enfermedades como la sinusitis, las hemorragias, o empeorando los síntomas alérgicos de la rinitis. La cirugía es una alternativa para muchos de estos trastornos, consigue disminuir la obstrucción y mentar así el flujo aéreo.
De todas las intervenciones que se realizan en la nariz, la más frecuente es la corrección del tabique nasal. Según el doctor Adolfo Sarandeses, del Servicio de ORL del Hospital Juan Canalejo de La Coruña, “un 20% de la población tiene el tabique desviado y una cuarta parte de ellos “tiene una desviación tan importante que le ocasiona dificultades respiratorias”.
Una solución a problemas estéticos
También la cirugía puede ser una solución para problemas funcionales y estéticos. “Si una nariz está en armonía con la cara, normalmente funciona bien.
En la actualidad este tipo de intervenciones, se realizan incluso de forma ambulatoria y el postoperatorio es poco molesto, “lo que más puede molestar son unos taponamientos que hay que colocar en ambas fosas nasales durante 48 horas. Después es necesario realizar limpiezas y lavados que puede hacer el propio paciente. También cuando se realiza una rinoplastia se coloca una férula en la nariz unos 7 días. Los hematomas desaparecen al cabo de unas dos semanas”, asegura Adolfo Sarandeses..
